jueves, 13 de junio de 2013

Quisiera arrojar cada letra, que sale del pecho en este momento. Que se estrellen contra la pared y se hagan mil pedazos, para evitar la necesidad de decirlas y acomodarlas.
De saber todo el tiempo lo que sucedería, y aún así tratar de engañarme.  Oxígeno y limpieza por humo y alquitrán, una sonrisa que ahora comienza a borrarse para traerme nuevamente mi tradicional mueca.
Quise apostar, aposté, no como un juego, esta vez es real y aún así, obtuve el mismo resultado. Voy dejando que estos ojos irritados me cuenten otra vez, que esto es lo que debe sucederme. Por alejarlos de aquellos que los iluminaron, pero mi alma jamás logro encontrar la forma de que lo crea.
Nunca suficiente. Nunca expresivo. Nunca divertido. Nunca único. Nunca significante. Nunca necesario.