Cuando me pierdo de sus vivos colores, me vuelvo a encontrar entre mis opacos grises.
Tal vez sea todo tan dramático, como lo veo. Pero decido engañar la toma de esa escena, y me colorea la imagen en blanco y negro, solo desprendiendo una sonrisa.
Pago con poco, quizás. Intento regalarle todas mis palabras. Pero ¿que regalo es? Si de alguna forma, ella las genera y mi alma solo las acomoda.
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