A veces creo que mi alma quiere salir a buscarla.
Recrimina mis decisiones apretándome la nuca.
Hace pesar mis párpados y me trae un flash de su mirada, curiosa y llena de luz, que me encandila y mis ojos se irritan.
Acalambra mi panza, buscando volver a rozar su piel, y encontrar otra vez la calma.
Vuelan mil palabras en mi cabeza, y llegan a mis manos. El alma las ordena. Para hacerse notar, a la distancia o aunque sea no quedarse callada.
Es, tal vez, más valiente que yo.
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