viernes, 11 de octubre de 2013

Del mar.

Es de las que no se hace notar; pero ahí está. Desde la sombra, o dando la vuelta de alguna esquina, tras la pared escondida.
Estrellando vidrio contra el piso, sacudiendome el camino. Hacía muecas de burla, entre el mal humo que tapó la luna; ese, que se dio en un tiro.
Y pega fuerte, como una ola contra las piedras; del mar que te mata de sed, no del que te envenena.
Del mar que un día, limpiando el cielo blanco y gris, me enseñó a escupir afuera, todo lo que me hizo mal.