domingo, 23 de junio de 2013

Escondido aún a la vista. Guardando las cartas, aunque no tenga la peor mano.

Viendo que el brillo que vi ayer, ahora brilla en otro lado.
Me apago aunque no quiera, porque hay un monstruito adentro que me arroja otra vez a la oscuridad. Y si no alimento a ese monstruito, no estoy seguro que va a ser de mi.
Algún día quise matarlo, pero aún sigue ahí, tal vez hasta más fuerte.
Hoy solo lo combato con el silencio, y estas ganas de suspirar.