domingo, 14 de abril de 2013

Envuelto de incertidumbre, soledad e inercia. Decidió, esta vez, salir afuera, tal vez encuentre otra manera, lo vea distinto, respire otro aire.
Nunca estuvo tan seguro, convencido. Pero los minutos pasan y no hay ningún pronóstico que avise lo que vaya a suceder ¿que probabilidades hay de que no suceda?
Se sentía desplazado, otra vez enroscandose el mismo. Sin buscar respuestas. La que más le importaba en ese momento, la sabía: estaba solo, como antes y como siempre.
No supo arrancar, y no puede pelear contra sus propias convicciones. Tal vez suene como una gran excusa, por no saber, o no tener fuerza. Pero algo lo mantenía en ese lugar, algo que las palabras no sabrían explicar, pero quien lo sienta o sintió sabría entender.